Esta será mi última publicación de 2016, es un cuento algo insípido, raro y francamente malo, pero bueno probablemente ya he publicado algunas cosas peores. Que tengan un feliz 2017.

 

Acerca de la creación de la Tierra

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Se cuenta que en aquellos días en que este universo no existía, estaba algo aburrido el divino arquitecto, y en la inmensidad y gran misterio de sus actos, se le ocurrió que podría entretenerse con una nueva creación. La diferencia seria que esta vez intentaría una mayor variedad en sus obras, las haría algunas gigantes, otras medianas, otras pequeñas, otras diminutas e incluso otras microscópicas.

Se había propuesto lograr los nuevos diseños que había imaginado. Analizó sus materiales y pensó que sería interesante dotar de más colores a la nueva creación, ya que no le apetecía seguir con los patrones monocromáticos. Fue entonces cuando el inventor sintió sed y tomó una paleta de limón que desde épocas inmemoriales tenía guardada en su refrigerador. Abrió su boca y al darle un mordisco comprobó que era deliciosa y después dijo:

— El verde es un buen color, el verde será.

Entonces, tomo la paleta y la exprimió con sus propias manos sobre una taza donde antes se había tomado un té de hierbas, y vio que era un buen color y por eso hoy día lo vemos en las plantas y las montañas.

Luego de este increíble hecho, el creador, sintió hambre y pensó que no podría continuar su obra con el estómago vacío y suspendió su actividad unos instantes para ir por algo a la cocina, pero como tampoco quería gastar mucho tiempo cocinando, solamente se llevó una canasta llena de manzanas, bananos y otras frutas.

Agarro la manzana más apetitosa que vio y la mordió con alegría. Como su boca era grande y sus dientes estaban sanos casi se la comió de un solo golpe. Al gozar de su manzana y viendo que era sabrosa, dijo:

—  El rojo es un buen color, el rojo será.

A continuación, tomó lo que le quedaba de manzana y con su mano derecha la exprimió sobre una taza donde antes se había tomado un jugo de tomate, y vio que era un color bueno, y por eso el rojo corre por nuestras venas y por las de la Tierra también.

Pero su hambre era difícil de aplacar, y por ello tomo una banana y sin pérdida de tiempo le quitó la cascara y mordió la fruta con energía. Su dulce sabor le lleno de alegría y felicidad, y viendo que era suculenta, dijo:

— El amarillo es un buen color, el amarillo será.

Seguidamente, tomo lo que restaba de la banana y con su mano izquierda la exprimió sobre un plato donde antes se había comido unas empanadas de queso, y vio que el amarillo era un color bueno, y por eso el amarillo hoy en día es el color del sol.

Estaba ya por iniciar el maestro la creación como la conocemos, cuando sintió incomodo su asiento, y harto de estar sentado sobre algo tan plano y duro, se levantó y busco una almohada para colocarla sobre el asiento y sentir mayor comodidad. Fue a su habitación y trajo una almohada que podría servirle para tan fin, esta era de un color azul que dependiendo de la luz a veces era más claro o más oscuro. Y sentándose sobre ella por fin logro estar cómodo y en posición ergonómica por lo que dijo:

— El azul es un buen color, el azul será.

Y a continuación, arrancó un pedacito de tela de la almohada y la revolvió con su saliva, creando así el color azul, el cual derramo sobre una taza donde antes había tomado un sabroso refresco de remolacha. Y vio que el azul era un color bueno, y por eso el cielo y el mar tienen tonos azules.

Teniendo su estómago lleno (al menos por un rato), y estando cómodo en su silla, empezó el artista su trabajo. Como él no necesita planeación, tomo la masa que sirve para hacer galaxias y sin mucho reparo empezó a formar las galaxias con forma circular y ovalada, ya que es una actividad semejante a hacer tortillas. Cada vez que terminaba una galaxia la pintaba de algún color o de la combinación de varios, y como ya tenía cuatro colores al combinarlos resultaban otros nuevos y su expresión creativa se liberaba sobre el lienzo como cuando se deja salir a un ave de su encierro.

Pero algo interesante sucedió: el creador notó que tenía demasiado polvo de galaxias y para no desperdiciarlo, tuvo que hacer las galaxias muy pero muy grandes, mucho más de lo que quiso en primer momento. A pesar de esta situación decidió ver el lado positivo y notó que al ser tan enormes las galaxias se formaban dentro de ellas una infinidad de cosas más pequeñas pero muy interesantes también; el efecto colateral de su creatividad. Sintió el compositor que esta obra era su mayor logro y sentía que su creatividad era tan enorme que ni el mismo sabía hasta donde podía llegar.

Quiso así el creador contemplar su obra desde una perspectiva más amplia para saber que más podría añadirle, por ello se levantó de su asiento y subió al techo de su casa y analizó desde allí la inimaginable cantidad de galaxias que acababa de crear. Creyó que estarían más lindas si hubiese alguna cosa que las hiciera brillar aún más, pero no sabía cómo lograrlo. Con el fin de aclarar sus dudas fue otra vez a la cocina y se sirvió un vaso de café. Y el café le reactivó la mente y le dio lucidez. Y el vio que era sabroso y dijo:

— El negro es un buen color, el negro será.

E inmediatamente tomó la cafetera y lleno todos los rincones vacíos del gigantesco lienzo con el café recién hecho, logrando así que las galaxias brillaran aún más. Y vio que el negro era un color bueno, y por eso hoy en día las noches son de ese color.

Tan satisfecho estaba el creador con su obra, que quiso recompensarse por tal logro. Y fue a la cocina por tercera vez y tomó la barra de chocolate más sabrosa que había creado jamás y que guardaba para una ocasión especial, y decidió celebrar su nueva creación comiendo de ella. La mordió y su paladar se conmovió de tan exquisito sabor, su textura dura y crujiente junto al dulce caramelo que tenia al interior le agrado tanto que pronunció lo siguiente:

—El chocolate es un buen color, marrón le llamaré.

Y tomando lo que le restaba del chocolate, lo exprimió con sus dos manos y lo depositó en un vaso donde antes había tomado un té frío de melocotón.

Pero luego notó que ya no tenía espacio en su lienzo para utilizar el color marrón, pero recordó que al ser tan grandes las galaxias, dentro de ellas habían otros objetos que se crearon por inercia y que tal vez ellos si podían pintarse. Eran tantas las galaxias que no sabía cómo ir una por una llenándolas con algo de marrón, por lo cual tomó una pistola para pintar en spray y la cargó con este color. Seguidamente, y con un movimiento ágil de brazo las baño casi a todas aunque sea con un poquito de marrón. Cuando termino con el spray se dio cuenta de que a una galaxia que estaba más o menos por el centro del lienzo no le había caído ni siquiera una gota del marrón y se sintió conmovido por ella, la tomó y la llevó aparte para decorarla con más dedicación.

En esa galaxia habían muchos orbes que orbitaban otros cuerpos más grandes y de muchas tonalidades diferentes. Entonces el creador tomó algunos de ellos y los llenó con diferentes tonalidades de marrón, unos más otros menos. Se le ocurrió pensar que el marrón con el azul hacían buena combinación y por ello pintó con marrón algunos planetas que eran completamente azules. Pero también a algunos los dejo totalmente marrones. Sin embargo, y muy a pesar de que el creador es alguien cuidadoso, de vez en cuando olvida donde dejó las cosas y cuando tenía la intención de pintar a un planeta color marrón, confundió los colores y puso su pincel en la taza que tenía el rojo y le dio ese color. Por ello a ese planeta hoy día se le dice el planeta rojo. Pudo haber corregido su error, pero no le molestó demasiado y hasta lo vio curioso, de tal forma que así lo dejó.

De repente, notó que el planeta de al lado era completamente azul y esto no le agradó, porque ya habían varios iguales, y quería seguir probando con su combinación preferida azul-marrón. De tal manera que lo tomó en la palma de su mano y como ya era el último decidió hacer con el algo especial.

Se llevó el creador a su escritorio al planeta y lo puso bajo una lupa de gran poder para observar lo que ocurría en su interior. Y se sorprendió al ver su belleza y la limpieza de las aguas que ya estaban creadas gracias al color azul. Fue aquí que tomó su pincel más fino y le dibujo en el centro una forma extraña con el marrón; espero unos instantes y cuando se secó noto que había endurecido y fue así como el primer continente sobre la tierra apareció. Y le gustó tanto que dibujo algunos cuantos más.

Analizó que talvez una mayor cantidad de colores no caería mal, y recordó lo lindos que se veían otros mundos que tenían más tonalidades y en un nuevo ataque creativo empezó a decorar la Tierra con todos los tonos que se le ocurrió: uso el verde para crear montañas y pastos, hizo un hueco sobre el marrón y escondió dentro del planeta algo de rojo para que cada tanto salga afuera y llene el paisaje. Y así con cada color que tenía pinto diferentes cosas.

Largo rato estuvo el creador mejorando su obra, y muy orgulloso de ella se encontraba. Una vez estuvo satisfecho con ello y viendo lo hermoso y maravilloso que era, su emoción fue tanta que una lagrima bajo por su mejilla cayendo sobre la Tierra. Y resultó que el afecto y el amor a su obra fueron tan grandes, que toda ella cobro vida…El rojo en su interior tomó fuerza y empezó su movimiento y actividad formándose la lava y los volcanes, el mar azul se alegraba de existir y hasta el día de hoy no descansa de formar olas, y la verde vegetación empezó a crecer sobre el marrón buscando el amarillo del sol para forjar su sustento. Y fueron tantos los tonos de color que el creador colocó sobre la Tierra que tomaron diversas formas y tamaños y empezaron a convivir y a coexistir en una hermosa y perfecta sintonía con la madre Tierra que los criaba y alimentaba como sus hijos. Estos seres son los animales que se mueven tanto en el aire, como en el suelo y en el mar.

Y sintió el artista supremo que su creatividad no había tenido aun suficiente y aprovechando el momento de inspiración tomó algo del polvo con que creo las galaxias y le dio forma al ser que habría de habitar aquel paraíso, que habría de disfrutarlo y regocijarse en el para honra y gracia de aquel que lo había formado. Y le puso un cuerpo y una inteligencia diseñados para que pudiera desplazarse por la Tierra con facilidad y le dio autoridad y capacidad para gobernar ese mundo que sería su casa.

Habiendo terminado de pintar y de dar vida a la Tierra, la dejó el creador otra vez en su lugar y se retiró a descansar.

Cuando estuvo sola, vio la Tierra que era una hija privilegiada por albergar vida en sus entrañas (aunque no era la única) y se enamoró de todas las criaturas y las amó de la misma forma en que una madre ama a sus hijos. Ella desde entonces les proveé alimento y les cubre sus necesidades, les amamanta desde que nacen y les envía su protección y su cobijo de distintas maneras. Se comunica con ellos y también les reprende cuando es necesario, ya que el hombre, como se llamó el último ser creado por la mente suprema, a veces muestra actitudes rebeldes y negligentes.

Pero a pesar de ello, y aun ante las más adversas actitudes de sus hijos, la madre Tierra no nos desampara. A veces nos da más de lo que merecemos, puesto que muchos de nosotros nos olvidamos de ella, y no somos conscientes de que el creador ha utilizado el mismo polvo con que creo las galaxias para formarnos a todos.

FIN

5 comentarios sobre “Acerca de la creación de la Tierra (cuento)

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